El servicio al cliente en esta playa es deficiente, ya que muchos de los miembros del personal son impolítos y tienen dificultades para hablar inglés. Las opciones de comida en el buffet son decepcionantes, con algunos platos que parecen poco apetitosos y poco atractivos, como la pizza que se asemejaba al vómito. A pesar de querer cenar en el restaurante, el personal se negó a acomodar la solicitud, alegando que no estaría abierto hasta las 8 PM, aunque otros ya estaban siendo atendidos.
Además, los visitantes deben pagar por un boleto de playa, lo cual es comprensible, pero también se les cobra por usar la ducha para enjuagar el agua salada. En una nota positiva, la calidad del agua es excepcional, aunque esto no se debe a nada que haya hecho el establecimiento.