Esta playa sarda es verdaderamente una de las mejores, y por muchas razones. En primer lugar, a diferencia de La Pelosa, no es necesario hacer una reserva previa; aprendí esto de la manera difícil cuando llegué a la isla y la encontré completamente reservada. En segundo lugar, es un refugio para aquellos que prefieren evitar el bullicio de las playas llenas de gente. Los lugareños tienden a acudir a playas con sombrillas, por lo que este lugar es perfecto para aquellos que buscan soledad. En tercer lugar, la playa está impecablemente limpia, con aguas cristalinas que son una delicia para nadar. En cuarto lugar, el agua aquí suele ser profunda, lo que la convierte en un gran lugar para nadadores más experimentados. Finalmente, vale la pena señalar que la playa está plagada de pequeñas rocas, por lo que un calzado resistente es imprescindible si planeas explorar la costa.