La playa era verdaderamente encantadora, mientras mis compañeros y yo saboreábamos nuestro banquete de picnic. Los pocos individuos presentes paseaban tranquilamente, disfrutando de las vistas. Puedo imaginar que durante la temporada alta, la playa está repleta de gente y es un lugar privilegiado para tomar el sol. A pesar de la ocasional ráfaga de viento, el ambiente era pacífico y sereno. El aparcamiento era escaso y todas las comodidades estaban cerradas durante nuestra visita, pero simplemente sentarse en la playa y admirar la impresionante vista de la bahía lo hacía todo valer la pena.