En agosto de este año, nos topamos con una joya oculta de playa mientras buscábamos escapar de las exorbitantes tarifas de estacionamiento en Liscia Ruja. El viaje a la playa fue una aventura en sí misma, navegando por un camino de tierra sinuoso que no era demasiado largo. Al llegar, nos emocionó descubrir que el estacionamiento era gratuito. Aunque la playa está designada para perros, no encontramos ningún problema y pudimos disfrutar de nuestro tiempo allí. El único bar de playa en las instalaciones era un poco caro, pero valió la pena por las impresionantes vistas y la atmósfera serena. Aunque la playa puede ser pequeña, es un oasis tranquilo perfecto para aquellos que buscan una escapada pacífica. La arena no es la más suave, más parecida a piedras, por lo que es recomendable usar calzado apropiado. En general, quedamos encantados por esta pintoresca playa y la recomendaríamos altamente a cualquiera que busque una experiencia única y pacífica.