Me aventuré a esta encantadora playa con mi compañero peludo a cuestas y me sorprendió gratamente la atmósfera relajante. Aunque la arena y el agua pueden no ser los más espectaculares, esta playa es perfecta para los amantes de los perros que buscan un retiro tranquilo. El bar fue uno de los puntos destacados de mi visita, ofreciendo deliciosas delicias a un precio razonable (3,50€ por un capuchino y 13€ por una ensalada de burrata). Gracias a un útil consejo de Hanna, opté por dejar mis objetos de valor en casa y pagar mis compras con mi teléfono. Desafortunadamente, al regresar, descubrí que mi coche había sido robado, probablemente debido a una práctica común de robo en el área de estacionamiento de esta playa. A pesar de este contratiempo, todavía recomiendo esta playa por su ambiente sereno y su entorno amigable para los perros.