Ubicado en la costa de Portugal, se encuentra uno de los pueblos playeros más encantadores y pintorescos, que presume de una impresionante vista al acantilado y una gran cantidad de restaurantes pintorescos y lugares para surfear. Sin embargo, no se deje engañar por el impresionante paisaje, ya que el océano puede ser traicionero e impredecible. Aprendí esto de la peor manera cuando perdí una aleta y quedé sin aliento después de ser engullido por una ola colosal. A pesar de esto, mi estancia de una noche y dos días estuvo llena de encuentros con lugareños amables y de experimentar el encanto único de este pueblo. Sin duda, una visita a este pueblo playero vale la pena su tiempo.