Descender por el sendero desde la cima del acantilado fue una experiencia emocionante. El camino plantea un desafío en algunas áreas, requiriendo agilidad y fuerza para navegar. Sin embargo, en el ascenso, el sendero puede ser difícil de seguir, y me encontré perdido entre las rocas y los arbustos. Esto hizo que la subida de regreso fuera un poco peligrosa. El agua estaba helada, incluso para un día de junio. Solo vi a un joven, aparentemente inmune al frío, y algunos adultos haciendo snorkel con trajes para mantener el calor. La playa ofrecía muchas oportunidades para trepar sobre las grandes rocas y los bloques, lo cual fue muy divertido. Sin embargo, el regreso fue bastante agotador, por lo que es importante estar preparado para un buen entrenamiento físico.