Al llegar a esta playa aislada en el sur, fuimos recibidos por basura dejada por los bañistas anteriores, incluyendo objetos desagradables como dispensadores de tampones usados y pañales sucios, así como líneas de pesca, bolsas de plástico, vasos y botellas que cubren los manglares y las hierbas circundantes. La zona también es hogar de perros callejeros que buscan comida descartada, lo que puede representar una amenaza para otras mascotas. Aunque un letrero hecho a mano en español recuerda a los visitantes que deben desechar su basura, no hay contenedores de basura disponibles en esta reserva protegida. A pesar de ser una playa local popular, parece que la limpieza y el mantenimiento adecuados no son una prioridad para aquellos que la frecuentan. Para preservar este valioso ecosistema marino, puede ser necesario implementar un sistema de reserva y cobrar una tarifa para cubrir el costo de los esfuerzos de limpieza. #killtrashnotturtles