En el lado positivo, el comedor ofrece una excelente comida que es sabrosa y variada. Sin embargo, no hay entretenimiento disponible para niños o adultos. Un inconveniente importante es la playa, que se supone que está reservada para el resort, pero está ocupado por el 70 por ciento de los salvajes que toman tumbonas bajo las áreas estacionarias del sanatorio. El personal de la playa no aborda este problema, lo que obliga a los huéspedes del resort a despertarse a las 7 de la mañana para asegurar una tumbona antes de que los salvajes los reclamen, dejando a los huéspedes del hotel de spa sin ningún lugar para relajarse. Además, estos mismos salvajes tienden a dispersarse por los terrenos del sanatorio, sentarse debajo de los árboles y usarlos para secar sus pertenencias. A pesar de estos inconvenientes, la playa en sí es agradable y el mar está limpia, con una clara visibilidad del fondo a profundidades superiores a 2 metros. Las habitaciones no han sido renovadas en mucho tiempo, pero todavía son habitables. En general, lo calificaría un sólido 3, siendo el comedor lo más destacado, aunque la presencia de estos salvajes afecta negativamente a toda la experiencia.