La playa está escasamente poblada, ya que se encuentra a una buena distancia de Bolshoi Utrish. La mayoría de los visitantes vienen equipados con tiendas de campaña, pero uno puede preguntarse de dónde obtienen su sustento. La playa en sí es bastante promedio, con un lecho marino de piedras y una profundidad de más de un metro casi de inmediato. No hay signos de barro ni de algas, pero las olas son bastante poderosas. Técnicamente, esta área es parte de una reserva, lo que significa que no se permiten fogatas, aunque no está claro quién hace cumplir esta regla. En esencia, este es un lugar para aquellos que prefieren una experiencia más rústica, y puede que no sea la mejor opción para familias con niños pequeños.