He apreciado esta playa desde mi infancia, cuando no consistía en nada más que costas arenosas, bosques de pinos, formaciones rocosas y un infinito cielo azul. Sin embargo, me cuesta promover la abrumadora afluencia de turismo de masas que ha transformado la ciudad, borrando su una vez prominente patrimonio de marineros. La disminución de la densidad de población ha contribuido a la caída. La esencia del lugar parece haber desaparecido, dejando atrás una mera réplica de lo que solía ser.