Esta pequeña península presume de tener la bahía más pintoresca en la que mis ojos jamás han posado. El agua cristalina y azul está repleta de abundante vida marina, desde cardúmenes de peces coloridos hasta otras criaturas fascinantes. Aunque la playa no es de arena, el suelo sólido bajo tus pies es un pequeño precio a pagar por las impresionantes vistas que te rodean. La bahía se encuentra a un paseo relajado de 40 minutos desde Gumbet, pero el viaje bien vale la pena.