Esta pequeña playa es lo máximo en la mañana - refrescante y reluciente. Pero al llegar la tarde, se convierte en una lata de sardinas de buscadores de sol. No esperes una gran cantidad de comodidades, solo un pequeño café, un vestuario y un baño. Puedes alquilar una tumbona si te sientes elegante, pero lleva tu propia comida y aplícate suficiente protector solar. Ah, y no olvides tus zapatos de agua - nadie quiere pisar un crustáceo malhumorado. En resumen, es una visita obligada para el amante de la playa que llevamos dentro.