¡Ah, la playa! Un lugar de maravilla y relajación. Esta playa en particular, aunque indudablemente hermosa, no es precisamente espaciosa. Es el tipo de playa donde podrías patear accidentalmente la arena en la cara de tu vecino mientras intentas estirar las piernas. Y no olvidemos esas molestas piedras acechando en el agua, esperando para arruinar tu día de playa apuñalando tus delicados deditos de los pies. En resumen, un lugar encantador para disfrutar del sol y la vista, siempre y cuando no te importe estar muy cerca de los demás bañistas y potencialmente perder uno o dos dedos del pie.