Realizamos el trayecto de una hora desde nuestro alojamiento VRBO en Poipu hasta la playa de Anini y llegamos temprano por la mañana a las 6:30 am. La playa estaba prácticamente desierta, lo que nos brindó la oportunidad de disfrutar de su belleza natural sin multitudes. El impresionante paisaje de la playa se complementaba con la presencia de árboles que proporcionaban sombra parcial, convirtiéndolo en un lugar perfecto para relajarse y descansar. Aunque avistamos algunos peces nadando alrededor, la falta de diversidad hizo que perdiera su emoción después de un tiempo, y sentimos que otros lugares de la isla ofrecían mejores experiencias de snorkel. Es importante destacar que no hay baños ni otras comodidades disponibles, por lo que es mejor planificar con anticipación. Además, el estacionamiento es extremadamente limitado, con menos de 10 espacios disponibles, por lo que llegar temprano es esencial. A las 8:30 am, todos los lugares ya estaban ocupados.