Esta playa es una verdadera joya, con su belleza natural irradiando desde cada rincón. Es una playa pura, sin comodidades como baños o basureros, lo que solo agrega a la experiencia cruda y auténtica. Para llegar allí, tendrás que atravesar un camino difícil y encontrar un pequeño lugar de estacionamiento en una zona residencial. Pero una vez que estés en el camino claramente definido, comienza la aventura. Sin embargo, si ha llovido recientemente, sugiero evitar la caminata ya que puede ser bastante empinada. El sendero abarca aproximadamente media milla, llevándote hasta el borde del agua, a solo 100 yardas de distancia. Hay muy poca sombra, así que mantén tus zapatos cerca ya que la arena puede ponerse abrasadora. Sé consciente del oleaje ya que puede ser fuerte en ocasiones. Desafortunadamente, durante nuestra estadía de una hora, regresamos para encontrar que nuestro automóvil estaba etiquetado con un bolígrafo de pintura. Fue un inconveniente en nuestro estado de ánimo, pero pudimos eliminarlo con un limpiador de frenos. A pesar del contratiempo, la belleza natural del área hizo que la experiencia valiera la pena, y estábamos agradecidos de haberla presenciado.