Una vez solo accesible en barco o helicóptero, pasamos una semana encantadora acampando en esta playa. La abundancia de madera flotante nos proporcionó el material perfecto para cocinar nuestra comida sobre una hoguera. Nuestra captura diaria de pescado fresco, cortesía de los chicos, aseguró que siempre tuviéramos algo delicioso que comer. Incluso llevamos una nevera llena de pescado de vuelta a Oahu para la boda de mi hijastra. La playa estaba virgen e inmaculada, y tuvimos la suerte de presenciar el impresionante espectáculo de las tortugas nadando hacia la costa y poniendo sus huevos. Estos son recuerdos que permanecerán grabados en nuestras mentes para siempre.