La habitación tiene un olor a moho y el aire acondicionado estaba goteando. A pesar de anunciarse como todo incluido, aún cobraban por el agua embotellada. La comida es de mala calidad y requieren reservaciones para los restaurantes, limitando a los huéspedes a solo dos a la vez. Además, nuestras sábanas tenían manchas, incluyendo una mancha de sangre particularmente desagradable.
Este encantador lugar de playa emana una atmósfera cálida y acogedora. La arena prístina ostenta un distintivo tono blanco, lo que lo distingue de la típica arena volcánica negra que se encuentra en otras playas salvadoreñas. Recomiendo encarecidamente una visita a este deleitable destino.
La línea costera presume de una característica única de arena negra, libre de cualquier piedra. Sin embargo, resulta desalentador ver la cantidad de residuos plásticos y otros desperdicios que los visitantes dejan atrás. Es imperativo que las autoridades tomen medidas y que los visitantes asuman la responsabilidad de mantener esta belleza natural en estado prístino.
La vista desde el mirador de la playa es absolutamente impresionante. El paisaje de ensueño es un festín para los ojos, con el resplandeciente océano azul que se extiende hasta donde alcanza la vista. El tranquilo sonido de las olas rompiendo contra la costa es una melodía reconfortante que llena el aire. Es el lugar perfecto para tomarse un momento para apreciar la belleza de la naturaleza y reflexionar sobre las maravillas del mundo.