Quizás solo tuvimos mala suerte. Regresamos por segunda vez, solo para encontrar el mar todavía sucio.
La playa era decente, pero había esperado algo un poco mejor. Afortunadamente, no estaba nada concurrida. Aunque no sea fácil llegar, puedes intentar encontrar un sendero a través del pueblo después de detenerte en algún lugar cerca del punto en Google Maps (solo prepárate para cruzar la estación de ferrocarril). Si te pierdes, no dudes en pedir indicaciones. Es posible que el mar no siempre sea cristalino y que los colores del entorno sean normales, pero en algunos días podría ser más pintoresco. Un aspecto interesante es que se puede ver el ferrocarril mientras se nada en el mar, y es agradable ver pasar un tren. En general, el lugar merece la pena visitarlo, pero no es particularmente excepcional.
La playa es limpia y agradable. Cuatro de nosotros nos quedamos en la unidad superior, que tenía su propia cocina y ducha. La habitación también tenía un refrigerador, secador de pelo y aire acondicionado. Los propietarios eran relajados y amigables. Sin duda lo recomendaría.
Esta playa serena es verdaderamente cautivadora, con su ambiente pacífico y paisaje impresionante. Sin embargo, es importante destacar que no hay instalaciones como cabañas o baños disponibles en el recinto. No obstante, la belleza natural de esta playa seguramente te dejará maravillado y te proporcionará un escape muy necesario del bullicio y el ajetreo de la vida cotidiana.