Este lugar es absolutamente impresionante, no puedo recomendarlo lo suficiente. En agosto, Yeorgia y Fotis se encargaron del lugar y fueron dos de las personas más amables que conocimos en Kos. Nos recibieron con una sonrisa todos los días y nos hicieron reír. Nos trataron como amigos y nos sentimos muy bienvenidos. La música era excelente, las tumbonas eran de primera calidad y la playa era tranquila. Ya estamos planeando volver el próximo año y esperamos que todo siga igual.
Pedimos la bandeja de pescado para dos, que fue bastante generosa (quizás incluso un poco demasiado para mí 😂). El vino de la casa era excelente, al igual que nuestra atenta camarera. No olvides probar matiska, un delicioso licor dulce de Ios (puede que lo haya escrito mal, ¡pero el personal definitivamente lo conocerá!).