Este lugar es bastante genial, ubicado en el extremo lejano de la playa de Amolofi. Está limpio y ofrece mucho espacio, siempre hay suficientes tumbonas disponibles. Hay algunas piedras en la entrada, pero después de una corta distancia, el agua se vuelve poco profunda y perfecta para los niños. El servicio es bueno, aunque los precios de las bebidas y la comida son un poco caros (5,5 euros por café y agua, 5 euros por helado y 15 euros por pizza). La única desventaja es que no hay mesas para comer, solo debajo de las tumbonas, lo cual no es ideal. Sin embargo, hay una taberna genial justo detrás del área de estacionamiento. Además, hay mucho estacionamiento gratuito disponible.
¡El agua de la playa es absolutamente excepcional! Al principio, no tenía grandes expectativas, pero en cuanto llegué, quedé impresionado por la calidad prístina del agua. Las rocas que rodean la playa añaden a su belleza natural y las pequeñas olas le dan una sensación salvaje e indomable. El agua en sí es refrescante, cálida y deliciosa para nadar. Aunque los bares de playa de alta gama cercanos pueden tener una mejor arena, el agua aquí es simplemente insuperable. Además, hay un bar conveniente que ofrece bebidas y comida, así como sombrillas y tumbonas gratuitas. ¡Todo lo que necesitas para un día fantástico y relajante está aquí!
¡Qué playa impresionante! La hospitalidad aquí es realmente excepcional. La limpieza y el orden de este lugar son de primera categoría.
Esta playa puede resultar visualmente atractiva para algunos, pero está dirigida exclusivamente a un cierto tipo de individuo. Aquellos que no encajan en el molde de las personas especiales probablemente se sentirán fuera de lugar y no bienvenidos. La belleza de la playa se ve opacada por la exclusividad y el elitismo que impregna la atmósfera.
Para empezar, llegar a la playa es bastante desafiante. A su llegada, hay numerosas piedras que son fáciles de tropezar. El agua es demasiado profunda para que los niños disfruten de manera segura. Tal vez fue solo nuestra experiencia, pero nuestro automóvil estaba cubierto de insectos cuando nos fuimos.