Situada entre un complejo turístico y un condominio de playa, esta playa pública ofrece una atmósfera serena con mínimas distracciones. Aunque no hay sillas de playa disponibles, la falta de multitudes lo compensa con creces. Durante nuestra visita, había un poco de algas, pero no restó valor a la experiencia en general. Las olas pueden ser un poco fuertes, así que prepárate para un poco de emoción. En cuanto a las opciones de compras, no hay mucho más allá de la típica tienda de souvenirs de playa local y un quiosco de operador turístico. Sin embargo, no serás molestado por vendedores agresivos, excepto por el ocasional vendedor de coco. Hablando de cocos, eran un poco más caros aquí a 5 USD cada uno, mientras que encontramos mejores ofertas en otros lugares con 2 por 5 USD. En general, esta playa es una gran opción para aquellos que buscan una escapada pacífica del bullicio de los puntos turísticos habituales.