A las 10 de la mañana del 22 de julio, la playa no estaba abarrotada y proporcionaba una atmósfera relajante. La playa estaba cubierta de pequeñas piedras y tenía una entrada fácil al agua, lo que la convertía en una excelente opción para familias con niños. El sol era visible durante la mayor parte del día y no estaba obstruido por las montañas de la península. Había más de una docena de plazas de aparcamiento disponibles a lo largo del camino. La playa estaba ubicada junto a campamentos, y muchas personas se alojaban en autocaravanas, tiendas de campaña o casas en lugar de pasar tiempo en la playa. Por las tardes, la playa era muy ventosa, lo que la convertía en un lugar popular para practicar windsurf, vela y kitesurf. Sin embargo, el viento no soplaba por la mañana. Los visitantes podían alquilar una tabla de SUP o un kayak. El revisor no notó ningún baño ni sala de cambio, pero en general encontró que la playa era un lugar muy agradable.