¿Buscas una playa donde puedas evitar las multitudes y dejar que tus pequeños corran libres? No busques más allá de esta joya escondida. La arena es tan suelta que sentirás que estás caminando sobre las nubes, y hay muchas caracolas para mantener a los niños entretenidos. Además, no encontrarás ni una mota de basura en ninguna parte: este lugar está impecable. Solo asegúrate de empacar un picnic, porque no hay un solo puesto de comida en la vista. Y si necesitas ir al baño, bueno, tendrás que aguantarlo: no hay baños aquí. Una vez que te adentres en el agua, descubrirás que es bastante poco profunda, por lo que querrás usar zapatos de agua para evitar pisar algún coral o concha afilada. Pero una vez que te hayas instalado, descubrirás que las olas son tan suaves que apenas las sentirás. Y si buscas algo de sombra, encontrarás mucho bajo los árboles que bordean la playa. Así que ve.