Por el elevado precio de 140 euros, nos proporcionaron un conjunto de tumbonas acompañadas por una sombrilla. Sin embargo, las tumbonas parecían tener al menos una década de antigüedad y carecían de toallas. Además, nos dirigieron a nuestras tumbonas, las cuales estaban sucias y requerían limpieza antes de que pudiéramos sentarnos.
El servicio fue mediocre y dolorosamente lento, dejando mucho que desear. Aunque la comida y las bebidas eran decentes, la playa en sí misma era solo satisfactoria.
En general, nuestra experiencia no valió el precio exorbitante que pagamos. Hay mucho espacio para mejorar, especialmente considerando los altos precios cobrados. Por lo tanto, calificamos este establecimiento con solo una estrella.