La playa es un lugar impresionante que es perfecto para familias con niños pequeños. Aunque el agua puede estar fría, es excepcionalmente fresca y limpia. No está demasiado concurrida y hay un restaurante convenientemente ubicado justo en la playa. La comida es de excelente calidad y los precios son razonables. Sin embargo, solo hay unos pocos paraguas disponibles, por lo que se recomienda que los visitantes traigan los suyos propios. En el extremo lejano de la playa se puede encontrar una casa de pescadores, una hermosa joya arquitectónica con un diseño minimalista y simplista. Además, hay una encantadora capilla blanqueada en la cima de las rocas, construida sobre ruinas antiguas, que es fácil de explorar. En general, la experiencia es verdaderamente maravillosa.