La impresionante bahía de acantilados, situada a solo una hora de caminata desde el monasterio, es verdaderamente uno de los destinos más impresionantes del planeta. Aunque la caminata puede resultar agotadora, la belleza incomparable de esta bahía hace que valga la pena el esfuerzo. La entrada cuesta solo 2,5 € por persona, pero asegúrese de usar zapatos resistentes y tener precaución a lo largo del camino después de las ruinas del antiguo monasterio de San Juan. Aunque técnicamente está prohibido nadar, muchos visitantes no pueden resistirse a darse un chapuzón en las aguas cristalinas. Y seamos sinceros: con el monasterio a millas de distancia y sin monjes a la vista, es difícil creer que alguien se pueda sentir ofendido al disfrutar de esta maravilla natural. Si este lugar es un testimonio de la obra de Dios, entonces seguramente fue creado para ser saboreado y apreciado por todos.