La playa ofrece una innovadora área de servicios múltiples que brinda casi todo lo que uno podría necesitar. Sin embargo, representa un desafío para las personas discapacitadas acceder al mar. A pesar del amplio espacio, no se aceptan reservas. Si llegas y no hay más de cinco filas, tienes suerte. El ruido de la discoteca puede no ser adecuado para todos, pero es perfecto para los jóvenes. El precio de 17 euros por una sombrilla y dos tumbonas es excelente, y las playas cercanas cobran solo dos euros más. El personal de recepción es amable y servicial, pero podría haber más claridad con respecto a las reservas. En general, es una playa limpia y agradable que vale la pena visitar.