En busca de una escapada serena a la orilla del mar, nos topamos con esta joya oculta en medio de las multitudes bulliciosas de otras playas. Aunque nos costó un poco encontrarla, estábamos agradecidos por la paz y tranquilidad que nos esperaba. Había opciones de estacionamiento disponibles, incluyendo un estacionamiento cubierto por una tarifa, pero optamos por la opción de estacionamiento en la calle que nos costó €5.
Después de descender una larga escalera, nos encontramos en una playa bien cuidada con una impresionante vista del mar. El personal fue atento y servicial, proporcionándonos dos tumbonas y una sombrilla por €8 cada una. Aunque la playa era pequeña, ofrecía fácil acceso al mar a través de una pequeña escalera. Sin embargo, encontramos que la franja de playa más cercana a las olas era inutilizable.
A pesar de la inconveniencia del estacionamiento y las escaleras peligrosas, la playa en sí misma fue una experiencia de 5 estrellas con una excelente relación calidad-precio. Aunque el mar no fue tan pintoresco como habíamos esperado, la experiencia general valió la pena. Aunque, personalmente, encontramos difícil justificar gastar €29 por un día en la playa.