Las aguas pueden no ser cristalinas y la arena puede no ser prístina, pero tal es el encanto de las playas de Calabria. El mar puede parecer un poco turbio y puede haber algunos restos que se lavan en la orilla, pero esto es parte de la belleza natural de la zona. Al adentrarse en el agua, es posible que se encuentre con algunas piedras, pero esto también forma parte del encanto rústico de la playa.
A pesar de estas pequeñas imperfecciones, todavía hay muchas razones para visitar esta playa. Por una parte, hay estacionamiento gratuito a lo largo del camino de tierra, lo que hace que sea fácil acceder. Y aunque el quiosco puede haber sido abandonado el día de mi visita, es posible que vuelva a estar en funcionamiento en un futuro cercano. De hecho, vi a una familia alquilando una sombrilla, lo que sugiere que la playa sigue siendo un destino popular tanto para los lugareños como para los turistas.