Esta serena costa ofrece una escapada tranquila del bullicio de la vida cotidiana. Con solo el vasto océano como compañía, te sentirás completamente aislado. Accesible a través de un pintoresco camino, la caminata a la playa es una experiencia agradable en sí misma, completa con escalones encantadores y que se extiende por más de un kilómetro de longitud. Incluso la subida al punto más alto de la iglesia no es excesivamente agotadora. La playa está compuesta por guijarros de varios tamaños, proporcionando una textura única bajo los pies. Aunque el lecho marino puede ser ligeramente turbio, el agua sigue siendo cristalina. Muy recomendable para aquellos que buscan una escapada pacífica.