Esta playa exquisita es una joya escondida, apartada del ajetreo y el bullicio de la ciudad. Cuenta con una cafetería encantadora y ofrece cómodas tumbonas por un precio razonable de 15 euros para dos, junto con un parasol para mantenerte fresco. Si prefieres traer tu propio equipo, hay amplio espacio disponible en la playa. Sin embargo, ten en cuenta que el lecho marino está salpicado de rocas de considerable tamaño debajo de la superficie. A pesar de esto, la playa está impecablemente limpia y bien cuidada, lo que la convierte en un lugar ideal para pasar un día relajante al sol.