Para disfrutar de las cristalinas aguas y vistas impresionantes de Fiolent, debes atreverte a descender por una pendiente empinada o subir una multitud de escalones, y Tsarskoye Selo no es la excepción. Si viajas solo, simplemente desembarca en la parada homónima y avanza por la aldea de vacaciones, tomando el camino recto más allá de la barrera y la casa de búnker colosal a tu derecha. Entre todas las pendientes que conducen a las playas de Cabo Fiolent, ésta es la más suave. La playa en sí está completamente virgen, pero eso es parte de su atractivo: el agua es tan pura como puede ser, los guijarros son pequeños (perfectos para los niños) y las multitudes son escasas. Aunque no hay vestuarios, tampoco hay colonia de focas con la que lidiar. Todo lo que encontrarás aquí es tranquilidad y serenidad.