Durante mis vacaciones en Seychelles, tuve la oportunidad de explorar un islote cercano a través de una excursión de catamarán organizada por la agencia criolla.
El islote fue realmente notable e impresionante, con su belleza natural prístina, que abarca un bosque impresionante y un largo muelle que condujo al corazón del islote, requiriendo una subida para llegar a la orilla opuesta.
Encontrar las tortugas gigantes fue una experiencia verdaderamente mágica, ya que proporcionó una conexión armoniosa entre la naturaleza y la humanidad. Estas gentiles criaturas nos permitieron libremente acariciarlas, mientras sus divertidas expresiones cautivaron nuestra atención.
Al otro lado del islote, había una casa magnífica, una vez perteneciente al médico de la isla durante el tiempo en que sirvió como santuario para leprosos y un refugio para los exlavos negros. Aunque la villa estaba experimentando renovaciones debido al daño por termitas, su estilo colonial se mantuvo distinguible, y fue realmente impresionante contemplar incluso en su estado actual.
En general, esta fue una experiencia que no debería perderse, ya que dejó una impresión indeleble y creó sensaciones inolvidables.