Esta playa cuenta con una vasta extensión de hermosa arena dorada que se extiende por millas. La distancia entre el paseo marítimo y el mar es bastante generosa, asegurando que incluso durante los fines de semana de festivales más concurridos en pleno verano, haya espacio suficiente para todos.
Las aguas poco profundas la hacen perfecta para familias con niños, y durante nuestra visita en agosto, notamos que la mayoría de las personas disfrutaban de la playa en grupos familiares.
Dispersos a lo largo de la playa hay varios restaurantes y quioscos. Sin embargo, el ambiente sigue siendo relajado y no está excesivamente comercializado, sin vendedores persistentes que intenten atraerte a sus establecimientos.
Verdaderamente un tesoro escondido en España.