Mientras hacíamos snorkel en la playa, nos topamos con algunas rocas en nuestro camino hacia adentro y hacia afuera del agua. El viento soplaba fuerte y las olas eran bastante intensas, lo que dificultaba navegar por la zona rocosa poco profunda. Además, la arena estaba abrasadoramente caliente, lo que hacía incómodo caminar sobre ella.
A pesar de estos desafíos, la playa de arena negra era verdaderamente notable, con rocas de lava dispersas por todas partes y un área designada para que las tortugas pusieran sus huevos. Incluso vi una mientras nadaba en el agua, pero desafortunadamente, algunos niños se apresuraron y trataron de montarla. Hubiera sido agradable si los padres estuvieran más atentos y conscientes de la fuerte marea.
Afortunadamente, había una tienda cercana que vendía ropa y joyas, y un socorrista en servicio para garantizar la seguridad de todos. También había baños en el lado oeste de la playa, con un área limpia para quitarse la arena. En general, esta playa seguía siendo un gran destino, a pesar de algunos contratiempos menores.