La mejor playa cerca de Porto Ercole se encuentra justo debajo del borgho. Es una playa pequeña y única que ofrece una combinación de hierba, arena y rocas. El entorno es amplio y tranquilo, con un pequeño bar que sirve bebidas y deliciosos aperitivos. Las personas que dirigen la playa son excelentes y muy amigables, siempre dispuestas a cumplir tus deseos y mantener la serenidad en este paraíso. Aquí encontrarás todo lo que necesitas, pero se recomienda que reserves con anticipación llamando si es posible.
Esta joya escondida de playa, conocida como Caletta, es un verdadero paraíso. Visitamos en septiembre temprano y nos sorprendió lo pacífico que era, con el agua más clara y deslumbrante que hemos visto. Por una pequeña tarifa de 15€ en efectivo, puedes alquilar una sombrilla y tumbonas para hacer tu estancia aún más cómoda. También hay un servicio de bebidas conveniente disponible para aquellos que necesitan una bebida refrescante. Oímos que durante la temporada alta, hay servicio de almuerzo disponible, pero no podemos confirmarlo. El único inconveniente de este paraíso es la senda ligeramente desafiante en el camino de regreso, que puede ser empinada en ocasiones. Sin embargo, con la ayuda de escalones, sigue siendo manejable. Nuestro consejo es tomarse su tiempo y disfrutar del paisaje. Aunque puede estar ocupado durante la temporada alta, lo cual es típico de la mayoría de las playas en Argentario, todavía vale la pena visitarlo. Solo ten en cuenta que puede ser difícil encontrar estacionamiento. El único otro inconveniente es que el sol se pone detrás de la montaña alrededor de las 5 pm, pero este es un detalle menor en comparación con la belleza de Caletta. En general, recomendamos encarecidamente esta playa como un destino imprescindible para visitar.
Esta diminuta aunque cautivadora playa es fácilmente accesible desde la carretera, aunque el estacionamiento puede ser un poco desafiante. A pesar de la falta de amplio estacionamiento, la playa sigue siendo una joya escondida que emana una belleza natural e indómita. El agua es cristalina y prístina, permitiendo una visión de los antiguos tanques de pesca romanos y sus muros antiguos. Para experimentar verdaderamente el encanto de esta playa, se recomienda visitar durante finales del verano cuando el clima está en su mejor momento.
La extensa sabiduría y la naturaleza afable de Valeria hicieron de nuestra aventura submarina una experiencia verdaderamente excepcional. La playa sirvió como un idílico telón de fondo para nuestra exploración submarina, con sus aguas cristalinas y su vibrante vida marina. En general, fue una experiencia fantástica que recomendaría encarecidamente a cualquiera que busque una escapada oceánica inolvidable.
Este tramo de tierra puede ser llamado una playa, pero su apariencia es más bien fangosa debido a la presencia de restos de poseidonia. Afortunadamente, para la temporada de verano, estos han sido eliminados para liberar la costa. El mar en sí mismo es más parecido a una laguna, con un agua muy baja que eventualmente se vuelve completamente fangosa e impracticable para nadar. A menos, por supuesto, que alquile uno de los muchos botes de pedales disponibles. Sin embargo, puede ser un gran lugar para familias con niños y para entusiastas del windsurf o kitesurf, ya que no hay olas y una brisa constante que incluso hace que los días soleados sean más agradables. Si planea traer una sombrilla, asegúrese de traer varillas de amarre para asegurarla, o mejor aún, una tienda de playa o una toalla con postes que se puedan fijar de manera segura al suelo. Personalmente, no volvería a esta playa ya que prefiero un lugar donde pueda bañarme completamente en el mar y no solo hasta los tobillos.
Esta playa es una auténtica joya, con una impresionante combinación de guijarros y arena. El agua es cristalina y rebosante de una gran cantidad de peces, lo que la convierte en un paraíso tanto para los esnorquel como para los nadadores. La entrada al agua es muy sencilla gracias a la suavidad de la arena y las rocas lisas. La atmósfera tranquila es la guinda del pastel, proporcionando una escapada pacífica del ajetreo y el bullicio de la vida cotidiana. El único inconveniente es la situación del aparcamiento, que desafortunadamente resulta bastante prohibitiva.