Esta es una playa fantástica para familias con niños pequeños. No está demasiado concurrida y hay un encantador restaurante en las cercanías.
Esta pintoresca playa cuenta con amplio estacionamiento y un corto descenso por la colina para llegar a la costa. Desafortunadamente, el café estaba cerrado durante nuestra visita, pero lo que realmente llamó nuestra atención fueron los numerosos letreros que prohibían la colocación de toallas personales en la arena - ¡vaya con la rigidez! El mar es relativamente tranquilo, ideal para un chapuzón, pero ten en cuenta que no hay socorristas de guardia. Aunque vale la pena hacer una parada, no planees quedarte a menos que estés dispuesto a desembolsar por una tumbona.
La playa es absolutamente fantástica, con una deliciosa variedad de bares y restaurantes para elegir. El paseo por la playa es verdaderamente impresionante y una actividad imperdible.