Bagni Teresa nos brindó un día de mediocridad. El personal de recepción, aunque eficiente, carecía de cualquier semblante de calidez o personalidad. La información proporcionada era estándar y poco destacable, y las duchas / WC / cabinas no eran nada del otro mundo, excepto por el añadido de un espejo.
El establecimiento de playa estaba organizado de manera perfunctoria, con un bar que ofrecía vistas poco inspiradoras de la playa. La selección de alimentos era, en el mejor de los casos, promedio, y los precios eran justos solo en comparación con otras trampas para turistas en la zona.
Si bien las sombrillas y las tumbonas eran útiles, el personal parecía estar cumpliendo con su trabajo sin mucho entusiasmo. La arena era poco destacable, y el mar era solo ligeramente relajante con profundidades poco destacables. En resumen, una experiencia perfectamente promedio.