Una de las playas más exquisitas que vale cada centavo de la entrada de 5 euros. La playa está meticulosamente organizada, ofreciendo la opción de descansar en sus toallas o disfrutar de la comodidad de tumbonas y sombrillas. Un bar encantador también está disponible, sirviendo una variedad de refrescos, helados y alimentos para satisfacer tus antojos. El agua es simplemente mágica, con su claridad cristalina que te invita a darte un chapuzón. Sin embargo, el único inconveniente es la situación del estacionamiento, que puede ser bastante desafiante. Para asegurar un lugar, es recomendable llegar temprano en la mañana. Alternativamente, puedes estacionar en un lote cercano, que está a solo tres minutos a pie, pero tiene un costo de 12 euros por todo el día. Quizás, un paseo en helicóptero también podría ser una opción, aunque un poco extravagante.