El agua en la playa era pasable, pero desafortunadamente, la costa estaba llena de piedras y las olas eran tumultuosas, lo que hacía casi imposible darse un chapuzón. Para empeorar las cosas, el camino que conducía a la playa estaba en mal estado, obligándome a avanzar a paso de caracol a 5-10 km/h. Basta decir que no volveré a esta playa en un futuro cercano. El video adjunto muestra lo peligrosa que es realmente la carretera.