Como muchas otras playas albanesas, ésta no es una excepción a la invasión de sombrillas y tumbonas. Sin embargo, es ligeramente más grande que el resto y si caminas hacia la izquierda, podrías encontrar un lugar para poner tu toalla y usar tu propia sombrilla sin estar apretado con las masas. El agua es innegablemente clara y cálida, pero esa es la única cualidad redentora. Tendrás que pagar por el estacionamiento, pero si tienes suerte, podrías conseguir un lugar gratuito si llegas lo suficientemente temprano. De todas las playas de Ksamil, ésta es probablemente la menos terrible, pero aún así optaría por las playas más naturales y menos explotadas de Himara cualquier día.