¡Esta playa es una delicia absoluta para los entusiastas de los mariscos! El restaurante aquí sirve algunos de los mariscos más deliciosos y frescos que jamás haya probado. No nos cansamos de los suculentos mejillones, los calamares fritos crujientes y la rica ensalada Gjiri I Hartes. Pero la estrella del espectáculo fue la lubina horneada, que fue cortada por expertos y servida a nuestra mesa de cuatro. Nos quedamos completamente asombrados por la delicia de todo.
Sin embargo, el único inconveniente de esta experiencia gastronómica perfecta fue la invasión de mosquitos que ocurrió durante el atardecer. Estos molestos insectos estaban teniendo una fiesta completa a nuestro alrededor, pero logramos disfrutar de nuestra comida cubriéndonos y manteniéndonos protegidos. Confía en nosotros, ¡vale la pena soportar algunas picaduras de insectos adicionales!