Esta playa puede parecer un lugar decente para relajarse durante la temporada baja, pero no te dejes engañar. La arena y las piedras están mezcladas al azar, creando una superficie incómoda para caminar. Si bien el mar puede ser cristalino, el ruido constante de las máquinas que construyen hoteles y resorts cercanos arruina cualquier posibilidad de relajación. El único punto a favor son los bares locales, que afortunadamente no ponen música molesta. Sin embargo, el viento es tan fuerte que solo es adecuado para los temerarios que quieren probar el paracaidismo. En general, esta playa es una destino decepcionante que no logra proporcionar un escape pacífico del caos de la vida cotidiana.